Jugando a ser otro

¿Puede alguien sentirse tan incómodo con su vida real que puede llegar a inventarse una nueva vida y hacerla tan cierta como para tener engañados a todos? Lo cierto es que al leer la increíble noticia de la falsa abogada, hay que pensar si tanto esfuerzo para ocultar la verdad merece la pena.

Y esta suplantación de identidad, jugar a ser alguien basándose en el engaño, es un comportamiento que, al igual que la mayoría de las conductas del mundo real, se ha propagado y reflejado en Internet.

En estos tiempos en los que las comunidades virtuales proliferan y cada vez es más común acudir a los blogs y páginas de opinión para informarse o simplemente seguir las vivencias del autor, muchos no se paran a pensar si lo que se lee es real o ficticio, incluso muchas veces se dice que es cierto y lo único que estamos haciendo es leer la historia de un personaje de ficción como si de una novela se tratase.

En las salas de chat se inician conversaciones con nicks poco descriptivos de la persona con quien se habla, y muchas veces la identidad asociada a un miembro de estas salas no tiene nada que ver con la verdadera identidad. Una vez más el engaño está presente y al alcance de todos en Internet.

Los casos de doble personalidad tienen cabida en el mundo virtual. Hay personas con una vida normal que en la red se transforman en lo que realmente les gustaría ser, contando lo que acontece a su personaje como real y acumulando lectores seguidores ávidos de apasionantes historias. Durante una parte del día es el Dr. Jekyll y cuando se introducen en la red son Mr. Hyde. Incluso puede haber casos en los que se de má importancia a la identidad virtual que a la propia, gente cuyas relaciones con los demás se limitan a las establecidas a través de Internet. Por eso hay que saber bien qué se quiere conseguir e informar sobre cuál es el objetivo al usar un alter ego virtual.

Se aprovecha el anonimato de la red para realizar acciones que pueden jugar con la buena fe de las personas y provocar situaciones peligrosas como timos o engaños. Por eso cada vez más se intenta identificar a los usuarios, saber en todo momento quién hace cualquier acción para poder seguir el rastro en el caso de cometerse algún delito ayudándose de la red. Todo el mundo puede opinar y debatir sobre hasta donde debe llegar ese control del usuario y recordar que se debe hacer uso de las nuevas tecnologías de una forma libre y responsable.