Aunque me habría gustado profundizar más en el tema que trata la anterior entrada porque es bastante importante, me he puesto a investigar, he leído el artículo que ha vinculado Lourdes (el preguntas y respuestas) y no tenía muy claro cómo tratarlo porque ya estaba bastante bien explicado ahí.
Así pues, voy a exponer una opinión personal a través del primer contacto (y lo que vino después) que tuve con Linux y el software libre en general (esto es algo que tenía ganas de exponer en internet, porque no creo que sea el único que se pregunte estas cosas):
Mi primer contacto con Linux fué, por así decirlo, "a pelo", sin leer previamente un tutorial y sin ser consciente del mundo tan amplio al que pertenecía ya por entonces el sistema operativo libre, más concretamente la distribución Mandrake (que luego pasaría a llamarse Mandriva).
Fue espantoso. A la edad de 15 años me ví buscando desesperadamente la unidad C:, intentando ejecutar un archivo .exe sin éxito (lógicamente, sin documentación previa, yo no sabía lo que era el Wine, bueno sí, para mí eso significaba "vino" xD), en fin, un absoluto desastre que acabó en un formateo y la vuelta al Gigante Mocosoft.
Ya con 19 añitos, habiendo investigado, leído y hablado con gente que manejaba con soltura linux, me volqué en ello con todas las ganas de dejar atrás al MONOPOLIO y la opresión del Gigante. Fué sobre la seda: la instalación de la distro Ubuntu fué sencilla, todo funcionaba muy bien, podía reproducir cualquier formato de archivo multimedia gracias a la automatización que se le dió a la descarga de paquetes "no-oficiales" de la comunidad. En fín, todo genial.
Parecía que faltaba poco por ultimar para al fin librarme del winsux y formar parte de ese pequeño porcentaje de usuarios que podían vivir sin ese sistema operativo que, además de mal hecho, te obligaban a comprar si comprabas un PC nuevo "pre-fabricado". Pero lo poco que faltaba ha sido lo que me ha vuelto más reacio a pasarme a Linux definitivamente: ¿para qué quiero un sistema operativo maravilloso y que se supone que es muy estable si voy a tener tantisimas trabas instalando aplicaciones que no son compatibles con él?.
Es muy estable, vale, pero necesité una o dos tardes de lucha intestina para instalar los drivers oficiales de una tarjeta gráfica que me costó un ojo de la cara. Es muy estable pero para qué quiero un ordenador relativamente caro si no voy a poder instalar cualquier videojuego de última generación.
Lógicamente, y esto lo he comprendido con el paso del tiempo: todas estas trabas y problemas que tiene el gran público al enfrentarse a algo tan potente como Linux son causadas por el poder del Gigante, y es que ya lo dijo cervantes: poderoso caballero es Don Dinero. Si sólo un porcentaje tan pequeño de usuarios exige controladores o aplicaciones para un SO, las desarrolladoras no se van a gastar dinero en ofrecerles buenas soluciones, lo sé.
Estos problemas de compatibilidad "reparables" utilizando la consola de comandos y los magníficos tutoriales de la comunidad (que está bastante volcada en el asunto) no serán un problema o inconveniente para nosotros, pero: ¿para el usuario medio?
Para el usuaro medio esto es un mundo. Así pues, lo ofrezco como una reflexión o invitación al debate:
¿Creeis que aún queda un camino largo que recorrer en cuestión de facilidades para el gran público?
¿Puede la comunidad del software libre hacer frente a esa necesidad de aportar facilidades sola?, ¿o necesita más apoyo por parte de las desarrolladoras de HW y SW?
¿Puede ser también un problema de marketing al haber menos capital dentro de la industria del software libre?
Ahí quedan las cuestiones, si alguien quere aportar más, pues genial :D
Un saludo.
Alejandro García.