Auralización de software: Escucha el código

10/10/09

Es verdad que los ordenadores permiten hacer muchas cosas con el software que existe hoy en día, pero "escucharlo" puede parecer un poco raro. No estamos hablando de un reproductor de música que nos permite oír un archivo mp3, sino que nos referimos a que un programa en pleno funcionamiento sea transformado en sonidos audibles para el ser humano. Si tenemos en cuenta la monstruosa cantidad de operaciones por segundo que los ordenadores actuales pueden llevar a cabo, sólo podríamos imaginar una distorsión horrenda y sin sentido, pero si la escala y la velocidad son reducidas a un nivel detectable para nuestros oídos, se pueden llegar a escuchar cosas sorprendentes.



La cantidad de instrucciones que un ordenador puede procesar al mismo tiempo es enorme. Sin embargo, el software se ha ido convirtiendo en algo cada vez más complejo, y entenderlo mejor ayuda a aumentar su rendimiento y sus prestaciones en los ordenadores de hoy. Hay aspectos del software que son desconocidos para una gran cantidad de usuarios. La gran mayoría no tiene en cuenta al código de un programa, cómo funciona, cuáles son sus limitaciones y qué se le podría mejorar. La utilización del código es fundamentalmente visual, ya que además de ser "escrito", también es "visto" por programadores, desarrolladores y entusiastas. ¿Pero acaso eso es todo lo que se puede hacer con el código? La auralización de software parece indicar que no, ya que en vez de "ver" la ejecución de un programa, se "escucha".

Conectar un sintetizador directamente a un procesador es algo ilógico, por lo tanto, un estudiante de posgrado conocido como Cessu escribió un programa que permite interpretar la ejecución de instrucciones y registros de forma tal que se reproduzca un sonido. En otras palabras, convirtió a un procesador en pleno funcionamiento, en una melodía continua y repetitiva con ritmos y patrones identificables. Claro que, a la velocidad normal de un procesador, estos ritmos no podrían ser distinguidos, pero se redujo el registro a 3500 operaciones por segundo, y el resultado fue lo que pueden ver y oir en el vídeo que está justo arriba de este párrafo.

Tal vez esto no parezca extremadamente útil para algunos, pero sirve como una forma más de descubrir cómo trabaja el software y los ordenadores que utilizamos todos los días. Tal y como los científicos pueden descubrir maravillosos patrones en la hoja de un árbol, lo mismo se puede hacer con programas y líneas de código en plena ejecución. Cuanto más nos alejamos de lo obvio y lo superficial, podemos encontrar cosas que nunca hubiéramos imaginado que estaban ahí. Escuchar un programa durante su funcionamiento es una de ellas, y nos hace preguntarnos qué otras cosas hay en nuestros ordenadores más allá de sus componentes y su software.

Fuente:

NeoTeo